“La inclusión financiera no es un fin en sí mismo. Es el medio para alcanzar un fin.”
Reina Máxima de los Países Bajos
En los últimos años la inclusión financiera ha ganado terreno en el contexto internacional, no sólo como un fenómeno que permite la inserción de las personas al sistema financiero, sino como una herramienta capaz de aportar beneficios que trascienden lo económico.
Ante este panorama, cabe resaltar que en el mundo existen alrededor de 2.000 millones de adultos, el equivalente a casi el 40% de la población, que no poseen acceso a una cuenta básica1. Esta distribución no es equitativa: en las economías desarrolladas, la tasa de penetración de una cuenta básica es casi universal (94%), mientras que, en los países en desarrollo, un poco más de la mitad de la población adulta posee este instrumento (54%). Entre los motivos que se señalan para explicar esta situación, se mencionan: la falta de dinero suficiente, la proximidad a un proveedor de servicios financieros, la carencia de documentación necesaria, la ausencia de confianza en los proveedores de servicios financieros y la religión.
Ahora bien, el hecho que las personas posean acceso a una cuenta básica, ¿significa que están incluidas financieramente? No necesariamente.
Examinemos entonces, qué se entiende por inclusión financiera.
Hacia una definición
Varios organismos internacionales y otras instancias nacionales han desarrollado definiciones de inclusión financiera propias, no habiéndose esbozado aún un concepto uniforme. A pesar de ello, existe un amplio consenso sobre sus componentes principales. Ellos son: acceso, uso y calidad.
- Acceso, o mejor aún, “acceso efectivo” implica que la prestación de servicios financieros responda a las necesidades de los clientes excluidos, a un costo asequible para los mismos y sostenible para los proveedores2.
- El uso alude al grado de utilización de productos y servicios financieros, por ejemplo, la frecuencia de uso de una cuenta bancaria o porcentaje de adultos con un crédito vigente.
- La calidad apunta a la efectividad de los canales de atención y reclamo en la provisión de estos productos y servicios y a variables educativas, como el conocimiento y el comportamiento financiero3.
Mientras que esta concepción multifacética es validada por diversas instancias supranacionales, una diferencia se plantea en relación con el grado de formalidad de quiénes proveen estos servicios financieros. Algunas definiciones señalan de forma explícita que los servicios y productos financieros deben ser brindados por instituciones formales, en tanto otras, no aluden a esta condición4, referenciando un actuar “responsable”5 respecto a la provisión de estos servicios. Por último, y no por eso menos importante, cabe señalar otra característica que suele añadirse a las dimensiones de la inclusión financiera: el bienestar, en referencia al impacto positivo en la vida de los usuarios6. Ello nos lleva al siguiente interrogante: ¿por qué es importante la inclusión financiera?
Importancia de la inclusión financiera
La frase: “La inclusión financiera no es un fin en sí mismo. Es el medio para alcanzar un fin.”, resume en pocas palabras el aporte de la inclusión financiera. Esta contribución refiere al rol transformativo de la inclusión financiera para favorecer el crecimiento equitativo y avanzar en los objetivos de desarrollo fundamentales como la reducción de la pobreza, la creación de empleo, la igualdad de género y la seguridad alimentaria. Con relación al primer objetivo mencionado, el Fondo Monetario Internacional (IMF, por sus siglas en inglés)7 indica que “…Permitir a las empresas acceder a los mercados de crédito, financiar una mayor participación de la inversión con crédito bancario, aumentar el número de hogares con cuentas bancarias y tarjetas de crédito y utilizar cuentas para recibir transferencias y salarios del gobierno tienen un impacto positivo en el crecimiento.” Con respecto al segundo punto, la inclusión financiera ha sido identificada como una herramienta propicia para el desarrollo económico, que facilita la consecución de algunos de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.
En varios de estos objetivos se menciona explícitamente la importancia del acceso a los servicios financieros8:
- Reducción de la pobreza: la inclusión de las personas en el sistema financiero posibilita mejores condiciones para el logro de dicho objetivo, a través de la inversión en emprendimientos productivos o comerciales o en educación.
- Educación de calidad: factor fundamental para el desarrollo económico, mediante el aporte de capital humano que resulte un valor agregado para un país. Ello depende en cierta medida de las posibilidades de contar con una cuenta de ahorros, o acceso a créditos de corto plazo, que permitan afrontar gastos de matriculación o cuotas estudiantiles, productos que tiendan a generar en las familias una conducta de ahorro e inversión planificada enfocada en la educación.
- Reducción del hambre y promoción de la seguridad alimentaria: la inclusión financiera de agricultores puede conducir a mayores inversiones durante la temporada de siembra, lo que resulta en rendimientos incrementales y, por lo tanto, una mejora de la seguridad alimentaria.
- Igualdad de género: los servicios financieros también ayudan a las mujeres a afirmar su poder económico. Debido al historial crediticio deficiente o a la falta de garantías, es más probable que se les nieguen préstamos bancarios en mayor medida que a los hombres y que paguen tasas de interés más altas. Una vía para revertir tales condicionamientos resultan ser las cuentas de ahorro, al proporcionar a las mujeres una plataforma segura y formal para construir un historial crediticio y almacenar sus ganancias para futuras inversiones.
Una vez señalada la importancia de la inclusión financiera, resulta clave saber qué hacen al respecto los diferentes actores nacionales e internacionales, lo cual será analizado en un próximo post.
Conrado Bozzini y Anabela Gómez
1 The Global Findex Database 2014. “Measuring Financial Inclusion around the World”, World Bank Group. Este reporte define el concepto de “cuenta” como aquella constituida en una institución financiera (incluye bancos u otro tipo de institución financiera, tales como: cooperativas de crédito, instituciones de microfinanzas) o en un proveedor de dinero móvil (servicios basados en teléfonos móviles utilizados para pagar facturas o para enviar o recibir dinero).
2 Global Partnership for Financial Inclusion (GPFI), “Global Standard-Setting Bodies and Financial Inclusion: The Evolving Landscape”, 2016.
3 GPFI, “G20 Financial Inclusion Indicators”, 2016.
4 La condición de formalidad refiere al marco regulatorio establecido por el ente rector del sistema financiero. En aquellas jurisdicciones donde determinados proveedores (empresas fintechs -crowdlending-, instituciones de microcréditos), no se encuentran bajo el alcance de la regulación del sistema financiero, nos encontramos ante proveedores no formales.
5 Alude a los criterios de protección al consumidor en la prestación de los servicios.
6 AFI, Measuring Financial Inclusion. Core Set of Financial Inclusion Indicators, Financial Inclusion Data Working Group, 2011.
7 IMF “Financial Inclusion: Can it meet multiple macroeconomic goals?”, 2015.
8 CGAP & UNSGSA, “Achieving the Sustainable Development Goals”, 2016.